Muchos alojamientos tipo “burbuja” están orientados a estancias románticas para adultos, por lo que pueden restringir la presencia de niños o mascotas. Si aceptan niños o animales domésticos, suelen hacerlo con límite de edad o cantidad, previo aviso y posible suplemento. Por ello, al hacer la reserva conviene especificar si viajas con menores o mascotas, para que el alojamiento confirme su política, posibles costes extras y condiciones específicas asociadas.